El
origen del efecto pigmalión está en la mitología griega, Pigmalión era un
escultor que acabó enamorándose locamente de una de sus obras llamada Galatea.
Tal fue el amor que le procesaba a su escultura que la diosa Afrodita la
convirtió en una mujer de carne y hueso.
El
efecto Pigmalión es uno de los mayores influyentes en el desarrollo
personal. Día a día nos comportamos según la imagen que creemos que tienen
los demás sobre nosotros. Como consecuencia adquirimos un rol para
responder acorde a esa percepción.
Si
calificas a un compañero, familiar o amigo de descuidado y actúas en base a esa
consideración, lo estarás reforzando. Como consecuencia, la otra
persona creerá fielmente que así es y no se preocupará por mejorar.
Sin
embargo, si a esa misma persona le comunicas con frecuencia lo responsable que
es, se esforzará en no defraudarte y en mantener la visión que tienes de ella.
Lo que esperas de una persona (positivo o negativo) hace que te comportes de manera diferente en tu relación con ella. Por ejemplo, si estás convencido de que tu pareja puede aprobar las oposiciones, le animarás y le dirás cosas como: “Ánimo, tu puedes conseguirlo, confía en ti, te estás preparando para esto y puedes lograrlo” y además le ayudarás haciendo la cena, arreglando la casa o yendo a la compra para que no pierda el tiempo ni se distraiga de sus estudios.
Lo que esperas de una persona (positivo o negativo) hace que te comportes de manera diferente en tu relación con ella. Por ejemplo, si estás convencido de que tu pareja puede aprobar las oposiciones, le animarás y le dirás cosas como: “Ánimo, tu puedes conseguirlo, confía en ti, te estás preparando para esto y puedes lograrlo” y además le ayudarás haciendo la cena, arreglando la casa o yendo a la compra para que no pierda el tiempo ni se distraiga de sus estudios.
A través
de del efecto Pigmalión nos comportamos, en mayor o menor medida, tal y
como profetizan los demás. Impulsar la propia confianza a partir de terceros o
por nosotros mismos es determinante para ser lo que somos. Así desarrollaremos
las cualidades positivas y desecharemos el temor de tener cualidades
desagradables.
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